El mundo de la moda siempre ha estado dividido entre las firmas de alta costura, que crean vestidos y prendas solo al alcance de unos pocos privilegiados, y el resto de marcas que hacen ropa para venderla a cualquiera en sus tiendas a pie de calle. El impacto de la alta costura es evidente, pero tampoco podemos olvidarnos de las colecciones de moda más casual, aquellas que llenan las calles cada año. Y es que son esas las que van marcando el estilo y el look de cada época, con prendas que serán recordadas como las imprescindibles de momentos históricos concretos. En los últimos años, con la gran cantidad de series y películas enmarcadas en los años 60 y 70, la ropa de aquel momento ha vuelto a la actualidad, como a una segunda vida. Basta con ver una prenda concreta para saber en qué época estamos, y eso es algo que no se consigue fácilmente.

Por eso la moda sigue teniendo un impacto imprescindible en la sociedad y la cultura actual, sirviendo como reflejo, pero también como inspiración para nuevos cambios y revoluciones. La ropa no es solo aquello que nos ponemos para vestirnos e ir a trabajar o salir de fiesta. Componer nuestro look es toda una declaración de intenciones, una forma de expresarnos a través de lo que llevamos, de lanzar un grito al mundo. En ocasiones simplemente nos dejamos llevar por aquello que es tendencia, pero otras veces conseguimos combinar esa ropa a la última con nuestro propio estilo, creando algo único y diferente. La moda puede servir incluso para dar voz a aquellos que están marginados por el sistema o la sociedad, ofreciéndoles una oportunidad de ser más libres, de reivindicar sus derechos. Así ocurre con la firma Daspu, una marca brasileña que ha llamado mucho la atención desde su creación a mediados de los 2000. Y es que detrás de esta marca no hay grandes diseñadores ni expertos en moda, sino un grupo de prostitutas que sueñan con ver reconocido su trabajo.

Los bautizos están alcanzando una trascendencia tremenda en los últimos años, hasta llegar a convertirse casi en comuniones o bodas, por todos los gastos y celebraciones que incluyen y también por el dispendio que conllevan. La elegancia es un factor indudable para acudir a uno de ellos, especialmente si es de un familiar cercano, y por eso también hay que saber cómo vestirse apropiadamente para asistir a un bautizo, aunque seguramente el protagonista no lo vaya a recordar.

Dependerá, como todo, de la hora escogida, si es de mañana o tarde, de la época del año… Hay vestidos que siempre suelen funcionar en este tipo de celebraciones, sobrios y elegantes, pero también hay opciones algo más atrevidas. Los hombres, como es habitual, lo suelen tener más fácil porque siempre pueden optar por el comodín del traje oscuro, aunque también pueden acudir elegantes pero no con traje, dependiendo del estilo de cada uno. Acertar no es tan sencillo, pero aquí dejamos algunas claves importantes.